La Fundación Omacha, Whitley Fund for Nature y WWF Colombia culminaron con éxito, el pasado 22 de enero, la Expedición Orinoco: por la ruta de Humboldt 2022. Durante 10 días, el grupo de expedicionarios, liderado por el director científico de la Fundación Omacha Fernando Trujillo, recorrió 452 kilómetros aproximadamente, desde Puerto Carreño (Vichada) hasta Cerros de Mavicure (Guainía). Uno de sus objetivos era determinar los tamaños poblacionales de los delfines rosados o toninas (Inia geoffrensis), como son conocidos estos mamíferos acuáticos en los Llanos Orientales de Colombia.
En esta Expedición, se registraron 176 delfines rosados, en los recorridos por el río Orinoco y sus afluentes colombianos, los ríos Vichada, Inírida y el caño Frutas, ubicado en la Selva de Matavén. En los resultados de la primera Expedición por la ruta de Humboldt, en el año 2019, se registraron 133 delfines rosados a través de los conteos directos: 71 delfines en el río Orinoco, dos en el río Atabapo, tres en el río Vichada, 14 en Caño Bocón y 43 en río Inírida, siendo la mayoría de los delfines observados adultos.
Fernando Trujillo resalta que: “durante la primera expedición, en el 2019, registramos cuatro ‘guarderías’ de delfines rosados, es decir, remansos del río donde los delfines interactúan y resguardan a sus crías” y continúa: “En esta expedición, registramos igualmente crías de delfines rosados en varios sitios y tuvimos una anécdota muy interesante: un día frente a la comunidad de La Ceiba,
Pareja de delfines rosados, o toninas. Foto: Federico Mosquera Guerra, biólogo e investigador asociado de la Fundación Omacha y del Laboratorio de Ecología Funcional de la Universidad Javeriana.
en el río Inírida, había un grupo de delfines, precisamente, en un remanso. Nos dirigimos al sitio, junto con un guía de la comunidad y observamos crías de delfines. Inicialmente, nos aproximamos lentamente en el bote, pero al cabo de unos minutos terminamos en el agua nadando con ellas. Después, el guía nos comentó que estaba asustado, porque los abuelos dicen que en ese lugar no se puede entrar al agua ¡¡¡porque hay un caimán muy grande!!!”.
“El objetivo central de estas expediciones, financiadas por Whitley Fund for Nature, es evaluar las condiciones en las que se encuentran los delfines, y ver el efecto del cambio climático y el estrés hídrico en sus poblaciones” afirma Fernando Trujillo y continúa: “Por tal razón, haremos otras expediciones en la región de la Orinoquia, probablemente en el río Arauca, el Meta o el río Uva. Este último río puede ser muy interesante, fluye de forma paralela al río Guaviare y es visitado por muchos pescadores deportivos, quienes están viendo muchas nutrias, delfines de río… mucha biodiversidad”.
Registros de nutrias gigantes y aves, y estudio de peces
Además del conteo de delfines rosados, el equipo de investigadores llevó a cabo otros registros. Luis Germán Naranjo, director de Conservación de WWF Colombia, fue uno de los investigadores participantes y expresa: “En total obtuve confirmación visual o auditiva de 202 especies de aves, algunas de ellas restringidas en Colombia a la zona visitada, como la guacharaca variable, el colibrí ermitaño orinocense, o el tiranuelo pantanero.” Estos registros están publicados en la plataforma ebird.org.
Para el estudio de peces, a la Expedición se unieron los investigadores Juan Gabriel Albornoz, del Instituto Alexander von Humboldt, y Alejandro Méndez, de la Universidad del Tolima. En el muestreo, se registraron aproximadamente 130 especies de peces y Juan Gabriel destaca que: “Durante la Expedición, tuvimos dos hallazgos para resaltar. El primero, un pequeño bagre, por así decirlo ‘enano’ que sospechamos que sea del género Cetopsidium, el cual es poco frecuente en colectas y en colecciones, y tuvimos una pequeña sardina, del género Thrissobrycon, que es un pez aún más extraño en colecciones, y de la cual tenemos una buena serie de ejemplares recolectados y que harán parte de las colecciones de peces de la Universidad del Tolima y el Instituto Humboldt.”
Adicionalmente, durante la expedición y a través de colectas en algunas estaciones sobre el río Vichada, se logró incrementar su conocimiento, debido a que cuenta con pocos estudios de su ictiofauna y además es la cuenca menos muestreada en la Orinoquia colombiana.
Registros fotográficos: (izquierda) caracara carancho, Caracara plancus y (derecha) jacamará coliverde, Galbula galbula. Fotos: Fernando Trujillo, Fundación Omacha.
Registros fotográficos: cucha Dekeyseria picta (izquierda) y bagre sierra Acanthodoras spinosissimus (derecha). Fotos: Alejandro Méndez, Universidad del Tolima.
Finalmente, los expedicionarios lograron registrar siete grupos de nutrias gigantes (Pteronura brasiliensis), en donde contaron 17 individuos. Las nutrias gigantes conforman grupos familiares compuestos por una hembra y un macho, ambos adultos, y sus crías. En la Orinoquia colombiana, se registra la presencia de las nutrias gigantes en tributarios y humedales especialmente durante la época de aguas altas (junio-agosto), y cerca de las confluencias y en los ríos principales durante las aguas bajas (enero-abril). Esta especie está amenazada a nivel global.
Esta expedición terminó el 31 de enero, cuando el grupo de expedicionarios llegó hasta los Cerros de Mavicure, en el sitio Ramsar Estrella Fluvial Inírida (EFI), para participar en la presentación del Plan de Manejo Ambiental (PMA) del sitio Ramsar Estrella Fluvial Inírida, en la celebración del Día Mundial de losHumedales, celebrado el pasado 2 de febrero en Inírida. “En este último tramo de la Expedición contamos con la participación de vigías locales del sitio Ramsar EFI y fuimos bien acogidos por la comunidad de La Ceiba”, resalta María Jimena Valderrama.
El grupo de expedicionarios estuvo conformado por Luis Germán Naranjo – Director de Conservación de WWF Colombia, Juan Gabriel Albornoz del IAvH, Alejandro Méndez de la Universidad del Tolima, Gabrielle Mariocay, estudiante de la Universidad de los Andes; José Rangel, pescador local y, finalmente, el equipo de profesionales de la Fundación Omacha: Fernando Trujillo, director científico; Mónica Paez, investigadora; Nicole Franco, ingeniera geógrafa ambiental y especialista SIG, María Jimena Valderrama, médica veterinaria y analista ambiental; y Federico Mosquera Guerra, biólogo e investigador asociado de la Fundación Omacha y del Laboratorio de Ecología Funcional de la Universidad Javeriana.
Esta expedición recorrió parte del mismo trayecto que navegó Alexander von Humboldt (geógrafo, astrónomo, humanista, naturalista y explorador prusiano [1769-1859]) junto a Aimé Goujand Bonpland (naturalista, médico y botánico francés [1773
Los grupos de nutrias fueron registrados en los ríos Inírida, Orinoco y Vichada, y en el caño Mataven. Fotos: María Jimena Valderrama, Fundación Omacha y Federico Mosquera Guerra, Fundación Omacha y Laboratorio de Ecología Funcional de la Universidad Javeriana.
-1858]), en el año 1800, cuando los dos expedicionarios se embarcaron desde la desembocadura del río Apure en el río Orinoco (Venezuela) y remontaron este último río, pasando los célebres raudales de Maipures y Atures, hasta la boca de río Guaviare.
Sobre Whitley Fund for Nature y SARDI
Whitley Fund for Nature es una organización benéfica de recaudación de fondos y concesión de subvenciones, del Reino Unido. Whitley canaliza apoyos financieros a largo plazo para proyectos de conservación de vida silvestre, en países ricos en biodiversidad pero que carecen de recursos financieros para salvaguardarla. Los ganadores de los premios Whitley son héroes ambientales locales, que actúan sobre la base de la ciencia e implementan proyectos de base con pasión. A través de ellos, apoya el trabajo de base en las comunidades, el cual crea beneficios duraderos para la vida silvestre, los paisajes y las personas.
Esta expedición hizo parte de los esfuerzos de la Iniciativa de Delfines de Río de Suramérica (SARDI, por su sigla en inglés), que es una cooperación creada en 2017 y está integrada por científicas(os) de las organizaciones Faunagua de Bolivia; Fundación Omacha de Colombia; el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas – IVIC de Venezuela; Prodelphinus y Solinia de Perú; el Instituto Mamirauá y el Instituto Aqualie, de Brasil y las oficinas de WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) en Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia. SARDI une conocimientos, experiencias y prácticas para mejorar los esfuerzos de conservación y así contribuir al mantenimiento, salud e integridad de las poblaciones de delfines suramericanos y los ríos que habitan.