La Fundación Omacha rechaza de manera categórica la forma cruel en que pescadores de Tasajera, en el municipio de Pueblo Viejo, Magdalena, el día de ayer le quitaron la vida a la manatí Julieta, liberada el pasado 7 de julio.
Registro de la manatí Julieta, momentos previos a su liberación. Foto: Isabel Gómez, Fundación Omacha.
Los reportes iniciales recibidos por la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (CORPAMAG) indicaban que el animal fue perseguido por pescadores, desde el Puente de La Barra hasta Pueblo Viejo, quienes la capturaron y atacaron con palos y machete. También amarraron su hocico, para así inmovilizarla. Otros pescadores decidieron oponerse a esta crueldad y denunciaron inmediatamente la situación a CORPAMAG. Frente a esta denuncia, el equipo de fauna de la corporación llegó al sitio en donde estaba la manatí, encontrándola en un estado agonizante, debido al maltrato recibido.
Posteriormente, la manatí fue trasladada al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Marina de CORPAMAG, que opera en el Acuario del Rodadero, donde se confirmó el deceso y los especialistas realizaron la correspondiente necropsia. En este operativo participaron integrantes del Área de Protección Ambiental y Ecológica de la Policía Nacional, miembros de la Armada Nacional y funcionarios de las alcaldías de Pueblo Viejo y Ciénaga.
En Colombia, matar o atentar contra una especie amenazada se considera una conducta tipificada por el Código Penal, por tanto, las autoridades competentes están investigando lo ocurrido con Julieta y eventualmente se conocerán las sanciones, para que este ataque no quede impune.
La historia de Julieta
Julieta era una manatí del Caribe (Trichechus manatus) que quedó atrapada en las redes de unos pescadores, quienes inicialmente creían era una “foca”, el pasado 5 de junio en el sector de las playas de Bonito Gordo, en el Parque Nacional Natural Tayrona, en el departamento del Magdalena. Para su atención, fue trasladada al CAVR Marino de CORPAMAG. En la valoración médica realizada por el equipo técnico se registró una talla de 3,35 metros de longitud total y 450 kilogramos de peso.
Para la rehabilitación se conformó un equipo de expertos integrado por CORPAMAG, Acuario del Rodadero y Parques Nacionales Naturales, además contó con la asesoría científica de la Fundación Omacha y del Centro de Conservación de Manatíes del Caribe de Puerto Rico (CCM), organizaciones que realizaron la verificación de las condiciones del animal mediante una valoración médica veterinaria y una evaluación de los patrones de comportamiento. Tras un mes de recuperación y rehabilitación, Julieta contó con las condiciones necesarias para su liberación el pasado 7 de julio. Adicionalmente, le fue instalado un dispositivo de telemetría para seguimiento VHF y satelital.
Los datos obtenidos de este monitoreo fueron procesados por parte del equipo de la Fundación Omacha y el Centro de Conservación de Manatíes del Caribe de Puerto Rico (CCM). Este registro mostró que Julieta alcanzó a recorrer aproximadamente 37 kilómetros por la zona costera del departamento del Magdalena entre las playas de Pozo Colorado y el Puente de La Barra, en la Ciénaga Grande de Santa Marta, en búsqueda de cuerpos de agua dulce y alimento.
La importancia de los manatíes y la principal amenaza que enfrentan: la cacería
Los manatíes pueden considerarse como “ingenieros de los ecosistemas”, porque consumen diariamente grandes cantidades de pastos marinos y plantas flotantes de agua dulce (buchón o taruya, lechuga de agua, batatilla, entre otros). Este consumo permite mantener libres de buchón los cuerpos de agua, especie invasora que normalmente tapona los cauces de los ríos y caños que entran a la Ciénaga Grande de Santa Marta y que representa el primer problema que impide la navegabilidad y conlleva a la sedimentación de estos pasos de agua. La proliferación del buchón también cubre el espejo de agua agotando el oxígeno y generando la muerte de los peces, situación que afecta la seguridad alimentaria de las comunidades que habitan los humedales. Los manatíes son considerados como indicadores de la salud de los ecosistemas acuáticos.
A pesar de la importancia en los cuerpos de agua en donde habitan, los manatíes del Caribe se encuentran en la categoría En Peligro (EN), en la resolución 1912 de 2017 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia. Por su parte, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus
Registro de la alimentación de Julieta, previo a su liberación. Foto: David Navarrete, estudiante de Biología Marina, Universidad Jorge Tadeo Lozano.
siglas en inglés) los incluye en la categoría de amenaza Vulnerable (VU) a nivel global, debido a que sus poblaciones actualmente están muy reducidas, principalmente porque ha sido una especie muy presionada por la cacería indiscriminada.
Actualmente, esta especie se encuentra protegida por el gobierno nacional y las autoridades ambientales para evitar su extinción, es por ello que se considera importante realizar todos los esfuerzos necesarios para cuidar los pocos individuos de manatíes que aún existen.