Del 20 al 23 de septiembre se desarrolló la octava edición del Festiver, Festival de Cine Verde de Barichara, creado y dirigido por los actores Toto Vega y Nórida Rodríguez con el fin de promover y posicionar el cine ambiental de nuestro país. Este festival tiene como sede la población santandereana de Barichara (Monumento Nacional y Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad) que, gracias a su arquitectura colonial y su clima cálido, es considerada una de las poblaciones más bellas de Colombia. Estas cualidades hacen de Barichara la anfitriona ideal en la labor de concientización y sensibilización sobre el tema medio ambiente y el cuidado de los recursos naturales, usando el cine y los medios audiovisuales en general como una eficaz herramienta para educar, entretener y transmitir conocimiento.
En el marco del festival, la Fundación Omacha participó realizando el taller ‘‘Conectándonos con la biodiversidad’’, dirigido por los biólogos Mónica Páez y Carlos Velandia, en los que se trabajaron actividades lúdicas con el ánimo de sensibilizar sobre el medio ambiente y el cuidado de los recursos naturales en pro de la conservación de especies amenazadas y el uso sostenible de los recursos naturales. Al taller asistieron 30 estudiantes del Instituto Técnico Aquileo Parra, entre 5 y 12 años.
 
A este grupo se les presentaron las exposiciones itinerantes de delfines de río, tortugas de río, armadillos y nutrias de Colombia. Con estas herramientas visuales se aproximó a estos niños y jóvenes al conocimiento de la distribución, biología, estado de conservación, etología (estudio del comportamiento de los animales), ontogenia (desarrollo del individuo, referido en especial al período embrionario) y reproducción, amenazas directas e indirectas y acciones de conservación sobre estas especies amenazadas.
Las temáticas abordadas se reforzaron a través de los juegos: “Concéntrese con los delfines”, en el que jugaban a unir parejas de preguntas con sus respectivas respuestas con fotografías. “El camino del armadillo” en la que los niños tenían la posibilidad de ingresar a la “Madriguera del Armadillo”, una estructura desarmable formada por módulos con una cubierta interior en espuma de aislamiento térmico y piso de textura tierra y tela impermeable con impresión de camuflaje, ramas y hojas en goma, pegadas a la superficie para darle textura. A través de esta actividad, los niños lograron experimentar sensorialmente el estar dentro de una madriguera como las que construyen los armadillos, poniéndose en su lugar, fomentando la empatía por estos animales y permitiendo comprender aspectos de su biología y ecología. Y, finalmente, participaron en el “Juego de tortugas”, en la que los participantes interpretaron el rol de una tortuga desde que está dentro del huevo, antes de nacer, hasta que alcanza la adultez. En este proceso conocieron diferentes amenazas para las tortugas de río (depredadores y acciones humanas) logrando superarlas a medida que respondían preguntas sobre la ecología y biología de las tortugas de río.
 
Información relacionada: