- Durante el año 2023, la Fundación Omacha celebra 30 años de labor por la conservación y buen uso de la riqueza natural de Colombia y de la región, trabajando en cuatro líneas de acción: investigación científica, trabajo con las comunidades, educación ambiental y conservación in situ.
- Estas cuatro líneas se ejecutan en conjunción con su filosofía: trabajar permanentemente en tres regiones del país, las cuales son Puerto Nariño (Amazonas), Puerto Carreño (Orinoco) y Córdoba (Caribe).
- Las jornadas de siembras se desarrollaron en tres días: 3 de agosto, en Puerto Nariño (Amazonas); 18 de agosto, en la Reserva Natural Bojonawi, (Vichada) y en la Antigua Ciénaga de Mestizos, (Córdoba) el 29 de agosto.
Con el desarrollo de tres jornadas de siembra de 3.647 árboles, palmas y mangles, la Fundación Omacha celebró, durante el mes de agosto, tres décadas de trabajo por la conservación y buen uso de la riqueza natural de Colombia.
La primera jornada se llevó a cabo en la población de Puerto Nariño (Amazonas), lugar en donde la fundación comenzó sus labores, en 1993. El equipo estuvo conformado por curacas, y familias de las comunidades indígenas, junto a los profesionales de la fundación quienes sembraron 407 plántulas de árboles nativos, entre ellos: pan de árbol (Artocarpus altilis), ojé (Ficus insipida), caucho (Hevea brasilensis) y asaí (Euterpe oleracea).
«Omacha empezó en este sitio, en Puerto Nariño, un pequeño pueblo indígena Ticuna, Cocama y Yagua, hace 30 años. Desde el inicio, hemos construido procesos de conservación junto a las comunidades…» expresó Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha, durante la siembra, el pasado 3 de agosto, y concluyó: «Las familias que nos acompañaron en esta jornada hacen parte de la historia de la fundación en el territorio a lo largo de todos estos años. Con estas siembras, estamos aportando a la restauración del bosque inundado y con este evento, con esta celebración, se refuerza la filosofía de la fundación.»
⇑ Jornada de siembras para la celebración de los 30 años de la Fundación Omacha, Puerto Nariño, Amazonas. Fotos: Milena López, Fundación Omacha.
⇑ Jornada de siembras para la celebración de los 30 años de la Fundación Omacha, Puerto Nariño, Amazonas. Fotos: Milena López, Fundación Omacha.
La segunda jornada se desarrolló en la Reserva Natural Bojonawi, ubicada en el municipio de Puerto Carreño, el 18 de agosto. En esta ocasión, se sembraron 1.000 plántulas moriche (Mauritia flexuosa), congrio (Acosmium nitens) y seje (Oenocarpus bataua); en un área aledaña al bosque de galería, con el fin de conectar estos bosques con el resto de los ecosistemas de la región, además de proveer refugio y alimentación para la fauna local.
La última siembra se hizo en la Antigua Ciénaga de Mestizos, ubicada en el DRMI Bahía de Cispatá, La Balsa, Tinajones y sectores aledaños al delta del rio Sinú, en Córdoba. En esta jornada, participaron diferentes asociaciones de mangleros, autoridades civiles y ambientales entre otros invitados quienes tuvieron a cargo la plantación de 2.240 plántulas de mangles: rojo (Rhizophora mangle), humo o negro (Avicennia germinans), bobo (Laguncularia racemosa) y Zaragoza (Conocarpus erectus), el pasado 29 de agosto.
⇑ Siembras de celebración de los 30 años de la Fundación Omacha, Reserva Natural Bojonawi, Vichada. Fotos: Juan David Palencia y David Rodríguez, Fundación Omacha.
«Hoy hicimos nuestra tercera sembratón como Fundación Omacha. La hicimos aquí en San Antero, en agradecimiento a todos los aliados que tenemos en la zona. Tuvimos la oportunidad de contar con la presencia de muchísimas personas para la siembra de 2.240 plántulas de mangle en una en una zona que lo necesita» afirmó Dalila Caicedo Herrera, directora ejecutiva de la Fundación Omacha, y finalizó «Hoy decimos gracias por estos 30 años. Gracias por la oportunidad que hemos tenido a lo largo del tiempo de trabajar con comunidades, con personas muy especiales, de conocer gente que trabaja por ecosistemas, por especies y hemos logrado muchas cosas. Gracias, gracias a todos los que nos han acompañado durante estos tres días de siembra, de sembrar vida en ecosistemas diferentes de Colombia.»
⇑ Jornada de siembras celebración de los 30 años de la Fundación Omacha, Reserva Natural Bojonawi, Vichada. Fotos: Juan David Palencia y David Rodríguez, Fundación Omacha.
⇓ Jornada de siembras de mangles para la celebración de los 30 años de la Fundación Omacha. Fotos: Camila Rosso, Mirleth Espitia, Juan Sebastián Rodríguez, Leonid Guerra; Fundación Omacha.
Delfines de río: embajadores de la conservación de la Amazonia y Orinoquia
En el año 1987, Fernando Trujillo viajó a la población de Puerto Nariño (Amazonas) para comenzar sus investigaciones sobre los delfines de río, cuando aún era un estudiante de biología marina de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Años después, en 1993, decide constituir la Fundación Omacha, junto a Sandra Beltrán y Sarita Kendall.
En 1993, la fundación construyó la estación biológica, en la población de Puerto Nariño, la cual ha sido el epicentro del trabajo para la conservación de la fauna silvestre amenazada y los ecosistemas donde habitan, no solo en el departamento sino en la misma cuenca del río Amazonas que fluye por Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia y Brasil.
Entre los resultados de este trabajo, se destaca la elaboración e implementación del Plan de acción para la conservación de los delfines de río en Sudamérica, Plan nacional para la conservación del bufeo boliviano, los planes nacionales para la conservación de mamíferos acuáticos de Colombia, Ecuador y Venezuela; así como los Acuerdos de pesca responsable para el buen uso de los lagos de Tarapoto, elaborados por el resguardo indígena TICOYA, junto a otros actores institucionales.
En estos acuerdos, las comunidades indígenas reconocen el gran valor de estos lagos y la necesidad de conservarlos para garantizar la pesca y su seguridad alimentaria.
Además, el 18 de enero de 2018, el Gobierno Nacional y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible oficializaron la designación de los lagos de Tarapoto (Puerto Nariño) como un humedal de importancia internacional – sitio Ramsar.
Para la fundación, esta designación es un gran logro porque se promueve la cooperación internacional para financiar y desarrollar proyectos de conservación de la biodiversidad en este complejo de humedales, y contribuye a la protección de la fauna silvestre de los lagos: delfines de río, manatíes, nutrias, peces, caimanes, tortugas, entre otras especies; además de los bosques y humedales donde habitan.
Actualmente, la fundación desarrolla proyectos en torno a la conservación de los delfines rosados del Amazonas: marcaje y monitoreo satelital para conocer los desplazamientos que llevan a cabo estos mamíferos, por la cuenca del río, y de esta forma trabajar en la designación de áreas de importancia para su conservación.
Adicionalmente, se llevan a cabo análisis de los niveles de contaminación de mercurio tanto en diferentes especies de peces de consumo por parte de los delfines de río, como en los mismos delfines. Los resultados de esta evaluación son indicadores del estado de salud del río.
Registro de delfín rosado, Puerto Nariño, Amazonas. Foto: María Jimena Valderrama, Fundación Omacha.
Igualmente, junto con las familias indígenas habitantes de Puerto Nariño, el resguardo TICOYA y los lagos de Tarapoto, la Fundación Omacha desarrolla proyectos de siembras de árboles nativos para reforestar las áreas degradadas en el bosque ribereño de los ríos Amazonas, Loretoyacu y el sitio Ramsar Lagos de Tarapoto.
Por otra parte, en la Orinoquia colombiana, la fundación trabaja desde sus inicios desarrollando proyectos de investigación, conservación y educación ambiental enfocados hacia la fauna y los ecosistemas acuáticos y terrestres, en la región.
Desde el año 2004, administra la Reserva Natural de la Sociedad Civil Bojonawi la cual se establece como una iniciativa y ejemplo, desde la sociedad civil, del concepto de área para la conservación de ecosistemas naturales, bajo los principios de sustentabilidad en el uso de los recursos naturales. Además, se han generado alianzas estratégicas con diferentes actores, gracias a las cuales la reserva se ha mantenido y es un referente de investigación y conservación en la región, además de ser un punto estratégico de la Reserva de Biósfera El Tuparro.
Reserva Natural de la Sociedad Civil Bojonawi. Foto: Juan David Palencia, Fundación Omacha.
En el 2017, esta reserva fue incluida dentro del listado de las Áreas de importancia internacional para las aves (AICA), para la Orinoquia colombiana. Actualmente, se llevan a cabo siembras de árboles nativos para la restauración de bosques de galería, en la región.
Sin embargo, el trabajo de la fundación en la Orinoquía se extiende más allá de los límites de la Reserva Bojonawi.
Desde Puerto Carreño, han partido varias expediciones científicas para navegar los ríos Orinoco, Bita y Meta. El objetivo de estas expediciones es hacer una estimación de abundancia de delfines rosados, en la cuenca del Orinoco, además de hacer registros de otras especies de fauna e identificar las amenazas que enfrentan, en esta cuenca.
Estos proyectos de conservación de los delfines de río se desarrollan en concordancia con los planes elaborados con las autoridades ambientales de la región: Plan de manejo y conservación de especies amenazadas en la Reserva de Biósfera El Tuparro, Plan de conservación del delfín de río o delfín rosado para la jurisdicción de Corporinoquia y el Plan de manejo de los delfines de río en el área de jurisdicción de Cormacarena.
Para la conservación de otras especies de fauna amenazadas y sus hábitats, en la Orinoquia colombiana, se han desarrollado diferentes programas y proyectos, entre ellos el Programa de conservación y manejo de los armadillos de los Llanos Orientales (Arauca, Casanare, Meta y Vichada) de Colombia (2012 a la fecha), Programa de conservación y manejo de tortugas amenazadas de los humedales llaneros ATSAPANI y el Proyecto de Vida Silvestre (2009 -2021).
Recientemente, gracias al trabajo de la Fundación Omacha en esta región del país en conjunto con otros aliados estratégicos, la totalidad de la cuenca del río Bita fue designada como un humedal importancia internacional sitio Ramsar, en el año 2018.
Con esta designación, el río Bita pasó a convertirse en el sitio Ramsar más grande de Colombia: más de 820.000 hectáreas, siendo la primera vez que se incluye toda una cuenca hidrográfica bajo esta categoría de conservación.
En respuesta a este gran reto, y dada la gran vulnerabilidad de esta cuenca hidrográfica y la creciente transformación a la que se encuentra expuesta en la actualidad, la Fundación Omacha ha trabajado en dos proyectos denominados TFCA o Acuerdos para la Conservación de Bosques Tropicales, entre los años 2018 -2023.
«Después de tres décadas de labor, nos complace mirar hacia atrás y ver los resultados que hemos alcanzado, pero también reflexionamos sobre los retos que enfrentamos para la conservación de la riqueza natural del país, para la protección de la selva y los ríos del Amazonas; los bosques, sabanas y humedales de los llanos, así como los manglares y las ciénagas del Caribe; gracias al trabajo del equipo de la fundación, de la mano de todos nuestros aliados y, por supuesto, de las comunidades humanas de los territorios donde trabajamos, desarrollando propuestas de proyectos productivos en torno a la conservación de la biodiversidad.», afirmó Fernando Trujillo.
«Donde hay manatíes, hay agua, peces, tortugas… Hay vida»
En el año 1994, la Fundación Omacha comenzó una serie de estudios sobre los delfines marino-costeros para evaluar su distribución, el uso de hábitat y el comportamiento, en el golfo de Morrosquillo. De esta forma, se inicia el trabajo en el Caribe colombiano.
El trabajo de la fundación, desde el 2003, se ha centrado en proyectos de conservación y manejo de los manatíes del Caribe, específicamente en los departamentos de Córdoba y Bolívar, además de rescates y acompañamiento técnico y profesional en procesos en Sucre, Magdalena y Cesar.
«Desde mi llegada a la Fundación Omacha, en el 2003, he sido testigo de cómo los sueños pueden transformarse en realidad mediante un incansable trabajo. Durante estos años, mi pasión por los manatíes ha sido el motor que me ha impulsado a seguir adelante, y quiero aprovechar esta oportunidad para expresar mi profundo agradecimiento a todos aquellos que han sido parte de este valioso camino», expresó Dalila Caicedo Herrera.
Por otro lado, en esta región se han realizado diferentes proyectos en torno a otras especies de fauna amenazadas: nutrias, primates, caimanes, tortugas de río e hicoteas, así como tortugas marinas; serpientes y aves identificadas como especies focales.
Desde el año 2008, el programa de Observadores de Fauna Marina OFM colecta información sobre la presencia y distribución de especies de ballenas y delfines, tortugas y aves marinas utilizando diferentes plataformas de oportunidad como buques de investigación, buques de control y vigilancia, buques de prospección sísmica, plataformas petroleras, embarcaciones pesqueras y de turismo.
Manatí del Caribe. Foto: Fernando Trujillo, Fundación Omacha.
En cuanto al trabajo por la consolidación de áreas protegidas, ha trabajado en la implementación de acciones en el Distrito Regional de Manejo Integrado DRMI Bahía de Cispatá, La Balsa y Tinajones, desde el 2014, y en el Distrito Regional de Manejo Integrado y sitio Ramsar Complejo de Humedales de Ayapel.
Actualmente, en DRMI Bahía de Cispatá, La Balsa y Tinajones la fundación trabaja, junto con otros socios estratégicos, en el programa Vida Manglar. Este programa es una iniciativa colectiva que reduce los efectos del cambio climático y conserva los ecosistemas de manglar del Caribe colombiano.
En Vida Manglar, la Fundación Omacha lidera los procesos de gobernanza local por medio capacitaciones en el desarrollo de proyectos productivos: huertas caseras, meliponicultura y ecoturismo, dirigidas a los habitantes de la bahía y asociaciones de mangleros. De igual forma, lleva a cabo actividades de restauración de manglares, junto con la comunidad. Adicionalmente, desarrolla monitoreos biológicos y acciones de conservación en torno a los manatíes del Caribe, caimanes aguja y nutrias.
Adicionalmente, lleva a cabo el proyecto MAbE Manglares de La Guajira para implementar medidas de adaptación, con el fin de proteger los ecosistemas costeros y minimizar los impactos del cambio climático. Una de las estrategias es promover acuerdos de manejo sostenible del manglar con las comunidades locales, en el departamento de La Guajira.
Finalmente, la Fundación Omacha ha trabajado con las autoridades ambientales y la Policía Nacional para mitigar una de las principales amenazas que enfrenta la fauna silvestre del Caribe colombiano: el tráfico y tenencia ilegal, por medio de campañas de sensibilización y la educación ambiental.