Colombia es un país biodiverso gracias a la variedad de ecosistemas que se encuentran desde zonas marino-costeras hasta los páramos y cumbres nevadas. La Amazonia y Orinoquia sobresalen por su amplia red fluvial que constituye el hábitat de miles de especies de vertebrados acuáticos como peces, tortugas, caimanes, serpientes, nutrias, manatíes y delfines de río. Varias de estas especies se encuentran bajo alguna categoría de amenaza, por lo cual el país ha encaminado esfuerzos en diseñar e implementar estrategias de conservación a nivel nacional y regional, donde las acciones de monitoreo de especies con metodologías robustas y estandarizadas permiten comparaciones entre estudios y regiones geográficas.

Son pocos los estudios de fauna acuática, proyectados a largo plazo, que permitan determinar su estado de conservación. Estos estudios afrontan limitaciones, como el desarrollo de la logística para acceder a las poblaciones de estas especies, y la falta de recursos financieros para garantizar su continuidad a largo plazo. Asimismo, existe la necesidad de capacitar a más profesionales y tecnólogos, personas de las comunidades y funcionarios de las corporaciones autónomas regionales en la implementación de metodologías estandarizadas para monitorear algunos de estos grupos de fauna.

La Fundación Omacha trabaja, desde hace más de 30 años, en programas de monitoreo de delfines de río, manatíes y evaluación de nutrias gigantes. Además, otras organizaciones e instituciones como el Instituto Alexander von Humboldt, Wildlife Conservation Society WCS, y la Fundación Palmarito, entre otras, trabajan en el monitoreo de tortugas dulceacuícolas y caimanes.

Es importante seguir recolectando información de sus áreas de distribución y hacer monitoreos frecuentes que permitan analizar y establecer si las poblaciones de estos grupos de fauna se encuentran estables o no (tendencias poblacionales). Es necesario obtener datos poblacionales para poder priorizar acciones de conservación.

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MinAmbiente) y la Fundación Omacha trabajaron en la construcción y publicación del audiovisual: ¿Cómo estudiamos las poblaciones de delfines de río? así como en la guía Monitoreo de vertebrados acuáticos amenazados en la Amazonia y Orinoquia colombiana en la cual se presentan las metodologías asociadas al monitoreo de delfines de río, manatíes, nutrias, además de cocodrilos y caimanes, cuya aplicación deberá ser promovida por parte de instituciones públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales, comunidades locales y grupos étnicos.

Manatí amazónico (Trichechus inunguis) con transmisor VHF instalado en su pedúnculo caudal, previo a su liberación en el sitio Ramsar-OMEC Lagos de Tarapoto, Amazonas, Colombia. Crédito: Crisitian von Reitze.

La presentación de estas herramientas se llevó a cabo el día de hoy, en el auditorio del ministerio. «Esta guía de monitoreo surge de la necesidad del país de poder identificar unos indicadores de seguimiento al estado de la biodiversidad en Colombia. Por esta razón, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible decidió encomendar a la Fundación Omacha un análisis de cómo podemos generar procesos de monitoreo, tanto por científicos como por comunidades locales, de especies que estén amenazadas, que en este caso son los vertebrados acuáticos», declaró Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha, quien concluyó: «¿Por qué son relevantes los vertebrados acuáticos? Porque nos hemos dado cuenta, con el fenómeno de El Niño y con los procesos de sequía y alteraciones climáticas, que pueden ser unas de las especies más afectadas a nivel nacional, como es el caso de los manatíes y de los delfines de río en el Orinoco y en el Amazonas.»

Además, María del Pilar Aguirre, bióloga y especialista en monitoreo de la organización WCS, presentó: Monitoreo de especies amenazadas, como herramienta para la conservación en el marco del Proyecto Vida Silvestre – PVS-.

Esta iniciativa para el monitoreo de vertebrados acuáticos amenazados se articula con la Estrategia Nacional para la Biodiversidad y se convierte en un ejemplo para compartir este año en la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP 16) que se celebrará del 21 de octubre y el 1° de noviembre de 2024, en Cali.

«El monitoreo estandarizado facilitará la toma de decisiones apropiadas y alineadas con nuestros compromisos ambientales» declaró Carolina Avella, profesional especializada de la Dirección de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del MinAmbiente quien concluyó «Colombia viene transitando un camino hacia la visibilización de la biodiversidad, a nivel global, y por primera vez seremos sede de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica. Creemos que este escenario será una oportunidad para posicionar las estrategias, planes, medidas, acciones y mecanismos que hemos formulado e implementado, con especies priorizadas y en ecosistemas claves para su conservación».

Registro en cámara trampa de nutria gigante y cría (Pteronura brasiliensis), saliendo de madriguera, Puerto Gaitán, Meta. Créditos: Fundación Omacha y Frontera Energy.
Registro fotográfico de delfín rosado (Inia geoffrensis) con transmisor satelital tipo arete en su aleta dorsal. Crédito: Fernando Trujillo, Fundación Omacha.

Es fundamental la coordinación y articulación institucional liderada por el MinAmbiente, además del trabajo de los institutos de investigación, las corporaciones autónomas regionales y de desarrollo sostenible, así como de la academia y las ONG. Los planes de manejo y conservación de orden nacional como el Plan de acción nacional para la conservación de los mamíferos acuáticos de Colombia 2022-2035, el Plan de manejo para la conservación de las nutrias en Colombia y el Programa nacional de conservación y manejo de manatíes en Colombia, al igual que los planes de las corporaciones establecen las directrices de dónde se deben llevar a cabo los monitoreos de estas especies, que en su mayoría se encuentran bajo alguna categoría de amenaza.