Gracias al trabajo conjunto de las comunidades, entidades y organizaciones ambientales, se evitó el sacrificio de un puma y se reubicó dentro del área protegida del Parque Nacional Natural Paramillo, Colombia.
 
Cada vez más muchos colombianos son conscientes de que los conflictos de convivencia con los grandes felinos que nuestro territorio tiene aún la fortuna de poseer, se deben al deterioro de sus hábitats, principalmente por deforestación. La paradoja es que esos hábitats que los cobijan a ellos, nos prestan a los humanos incluso de las más remotas poblaciones, unos servicios ambientales invaluables. Los felinos no tendrían que buscar alimento en fincas o granjas, si los bosques no se estuvieran reduciendo de manera alarmante y existiera el equilibrio biológico para que sus presas naturales no escasearan.
 
Esta apertura de conciencia y solidaridad para con el resto de especies con las que compartimos el planeta, tuvo un ejemplo a destacar la semana pasada, y que nos alegra compartir. Habitantes del municipio de Tierralta (Córdoba), funcionarios de Parques Nacionales Naturales, de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge (CVS), y científicos de la Fundación Omacha, lograron capturar de manera segura a un puma (Puma concolor) en conflicto con propietarios de ganado en la región, y posteriormente liberarlo en el área protegida. Siguiendo los protocolos más estrictos y bajo supervisión veterinaria, pero echando mano de la recursividad, afecto y compromiso de quienes efectuaron el procedimiento, el puma vivió una travesía en una jaula especial, en lancha y hasta sedado en andas a hombros de quienes lo llevaron a lugar seguro en el Parque Paramillo.
 
Un trabajo de varios años, necesario para que este día fuera posible
 
Parques Nacionales Naturales, la CVS y la Fundación Herencia Ambiental Caribe han venido trabajando desde 2015 con las comunidades de las veredas El Diamante y La Bonita, en el municipio de Tierralta (zona de amortiguación del PNN Paramillo), en la implementación de medidas antidepredación de ganado por parte de grandes felinos. El propósito de estas acciones es afrontar el conflicto sin matar el animal, y ahuyentarlo o reubicarlo si es preciso. Comprenden encierros para ganado vulnerable (especialmente ovinos) luces que se activan con el movimiento ahuyentando a los felinos y el mejoramiento en las prácticas de manejo de la pequeña producción ganadera de ovinos y vacunos. Además, se puso a disposición de la ciudadanía la aplicación Conviviendo con felinos – Córdoba Biodiversa para reportar ataques de felinos. Posteriormente la Fundación Omacha, se sumó con esfuerzos de foto-trampeó que evidenciaron como principal conflicto, el de puma y la producción de carneros (ovejos africanos), y junto a la CVS ha entregado kits de apoyo para la comunidad con elementos para ahuyentar predadores (silbatos, pimienta, aspersores, reflectores, linternas y otros). 
 
Cronología de captura y liberación 
 
El pasado 22 de mayo Parques Nacionales Naturales le solicitó al Centro de Atención y Valoración de Fauna de Silvestre de la CVS (operado por la Fundación Omacha) instalar varias cámaras trampa y una jaula de captura especial (en acero y desarmable para poder montar en terreno), pues la comunidad reportó la pérdida de animales domésticos por presencia de felinos en la zona. El día 29, la jaula fue instalada tras un complejo ascenso en mula desde Tierralta hasta El Diamante. Si bien las cámaras trampa no revelaron rastro del animal, este cae en la jaula la madrugada del viernes 31 de mayo. El sábado 1 de junio se trasladaron para ejecutar el procedimiento los biólogos Carlos Vidal y Amilkar Santos (Parque Nudo de Paramillo), Hugo Lozano (CVS-Fundación Omacha) y Federico Mosquera Guerra (Fundación Omacha). La CVS envió a los veterinarios Camilo De Santis y Alfredo García. Los acompañó también el jefe del PNN Paramillo ingeniero forestal Antonio Martínez Negrete.
 
Esta captura fue aprovechada para tomar datos del puma y acopiar conocimiento a favor de la conservación de la especie. El animal, un puma subadulto macho que pesó 47 kilos, fue sedado y valorado clinicamente. Se registraron sus medidas morfométricas, se le tomó una muestra de sangre (para detectar por ejemplo, virus o enfermedades), se le implantó un microchip para su identificación en caso de recaptura y se le instaló un collar de telemetría satelital que aportó la Fundación Omacha, el cual dará noticia de sus movimientos y rango de hábitat. 
 
Liberarlo al interior del Parque a una distancia de 70 km lineales del sitio de captura, requirió del esfuerzo de la comunidad. Al animal no se le podía llevar en la jaula de 100 kilos, pues ninguna mula carga semejante peso, así que parte de este traslado debió hacerse colgado en una hamaca sobre los hombros de los voluntarios; eso sí, siempre preparado el veterinario con el sedante. Tras un recorrido de 7 horas y en inmediaciones de la quebrada El Remanso, fue liberado con la esperanza de que encuentre refugio y alimento suficiente dentro del área protegida.
Los datos arrojados por el seguimiento satelital inicial indican que el animal sigue bien y dentro del parque, cuyo emblema y objeto valor de conservación es precisamente el puma. Una buena noticia para todos los que aportaron su esfuerzo y trabajo para que este logro fuera posible.
 
El puma (Puma concolor) es el segundo felino más grande de América después del jaguar (Panthera onca) y se distribuye desde Norteamérica hasta la Patagonia. A pesar de los diversos ecosistemas que puede habitar, las principales amenazas que enfrenta son la fragmentación de los bosques, la cacería de sus presas naturales por parte de los humanos, muerte por retaliación, y los efectos del cambio climático. Estos tensores han diezmado sus poblaciones a lo largo de sus áreas de distribución en el país y han reducido su  presencia a las áreas protegidas o con algunas figuras de conservación.