Siguiendo su propósito institucional de conservar la fauna y los ecosistemas acuáticos y terrestres en Colombia, la Fundación Omacha trabaja en la elaboración de un protocolo de monitoreo de babillas y manatíes en el Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) “Lago Azul – Los Manatíes”, ubicado en el municipio de Unguía, departamento del Chocó. En esta oportunidad, la iniciativa de monitoreo se realiza en el marco del convenio entre la Fundación Omacha y CORPARIÉN, y se trabaja en conjunto con el Consejo Comunitario de Unguía COCOMAUNGÍA, la Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó -CODECHOCÓ y los habitantes de la zona.

Entre los días 8 y 20 del pasado mes de junio, dos biólogas de la Fundación Omacha se trasladaron a los corregimientos de El Puerto, El Roto, Marriaga y Tumaradó para elaborar un protocolo de monitoreo de manatíes (Trichechus manatus manatus) y babillas (Caiman crocodilus), y lograr educar a las comunidades en las tareas relacionadas al seguimiento de estas dos especies. A través de este tipo de actividades se espera que la comunidad local, en permanente contacto con los animales, logre recopilar datos importantes del estado de los especímenes y las condiciones del entorno en el que permanecen. Durante esta primera fase el equipo de trabajo centró su atención en localizar la población de las especies en las zonas correspondientes y empezar a promoverlos en las comunidades como objetos de conservación.

A pesar de los esfuerzos realizados en el año 2008 para trabajar con la comunidad en temas de conservación de los manatíes y babillas, el equipo de trabajo se encontró con que la brecha temporal condujo a que los interesados olvidaran los conocimientos previamente adquiridos o a que los nuevos participantes desconocieran los antecedentes del trabajo. Dada la situación anterior, los talleres incluyeron temáticas básicas como las generalidades de cada una de las especies y su importancia dentro de los ecosistemas.

Como hallazgos significativos para entender la problemática que enfrentan estos animales, en la zona, es importante señalar que en el caso de los manatíes no existe una conciencia social frente a la situación de peligro de este mamífero, razón por la que los habitantes de las zonas siguen consumiendo la carne del animal en casos en los que éste resulta atrapado en redes de pesca. Por su parte, las babillas son vistas por los pescadores como depredadoras que acaban con los peces, en particular en los casos en los que estos reptiles rompen las redes y se comen aquellos que eventualmente se destinarían a la actividad pesquera.

A la fecha, Omacha trabaja en la sistematización de los datos obtenidos y en la propuesta de socialización de los mismos a la espera de la siguiente etapa en el proceso.

¿Qué es un Distrito Regional de Manejo Integrado o DRMI?

De acuerdo con el Decreto Número 2372 de 2010 del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, se considera Distrito Regional de Manejo Integrado a aquel territorio “en el que los paisajes y ecosistemas mantienen su composición y función, aunque su estructura haya sido modificada y cuyos valores naturales y culturales asociados se ponen al alcance de la población humana para destinarlos a su uso sostenible, preservación, restauración, conocimiento y disfrute”, y son declarados por los consejos directivos de las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible.

El DRMI “Lago Azul – Los Manatíes” fue declarado por CODECHOCÓ en marzo del año 2013, cuenta con un área de 33.629 hectáreas, de las cuales 3.229 corresponden a las ciénagas de Unguía, Hornos, Limón, Ciega y Marriaga, y las 30.400 corresponden al territorio titulado a Cocomaunguía. Este distrito ocupa el 87,5% del área total de Consejo Comunitario y el 28,5% de toda el área del municipio de Unguía, y dentro de sus objetivos de conservación se define la restauración y preservación en condiciones naturales de las ciénagas de Unguía, Marriaga y El Limón como hábitat de reproducción, crianza y alimentación de poblaciones migratorias, especies endémicas y en riesgo de extinción como el manatí, la babilla, entre otros; así como de los manglares de Tarena, Cativales y arracachales.