Julieta es una manatí del Caribe (Trichechus manatus) que, después de un mes de rehabilitación, fue devuelta a las aguas del mar Caribe de Colombia en horas de la mañana de hoy, en el sector del Rodadero, en la ciudad de Santa Marta, departamento de Magdalena, Colombia.
El rescate y la rehabilitación de Julieta
El pasado 3 de junio, un equipo técnico del Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Marina- CAVR Marino de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (CORPAMAG) y el Acuario del Rodadero atendió el llamado de unos pescadores ante la presencia de lo que ellos creían era una “foca” enredada en sus redes de pesca.
El equipo se dirigió hacia el sector de las playas de Bonito Gordo, en el Parque Nacional Natural Tayrona, en el departamento del Magdalena. En este lugar, el
equipo encontró a esta manatí hembra adulta que, en la valoración médica, registró una talla de 3,35 metros de longitud total y 450 kilogramos de peso. Además, tenía presencia de parásitos en el 70% de su cuerpo, y estaba cubierta por una población de cirrípedos o balanos epibiontes lo que, a simple vista, indicaba que la manatí permaneció un largo periodo en el mar, ya que estos crustáceos se desprenden si llegan a tener contacto con el agua dulce.
Para la rehabilitación de Julieta, se conformó un equipo de expertos de CORPAMAG y Parques Nacionales Naturales, el cual contó con la asesoría científica de la Fundación Omacha y del Centro de Conservación de Manatíes del Caribe (CCM), organizaciones que cuentan con casi 30 años en programas de rehabilitación de estos mamíferos en el Caribe colombiano.
Después de 30 días de observación, atención y tratamiento, Julieta se encuentra estable, y el equipo de expertos determinó que estaba lista para regresar a su hábitat. Además, para registrar los desplazamientos de este animal se le instaló una correa de seguimiento VHF y satelital, siendo así la primera vez que se lleva a cabo este trabajo de rastreo en esta zona del país.
La importancia de los manatíes y la principal amenaza que enfrentan: la cacería
Los manatíes pueden considerarse como “ingenieros de los ecosistemas”, porque consumen grandes cantidades de pastos marinos y plantas flotantes de agua dulce (buchón o taruya, lechuga de agua, batatilla) que utilizan para su alimentación diaria. Este consumo puede ser del 10% de su peso; lo que en el caso de Julieta corresponde a unos 45 kg aproximadamente.
Este consumo permite mantener libres de buchón los cuerpos de agua, especie invasora que normalmente tapona los cauces de los ríos y caños que entran a la Ciénaga Grande de Santa Marta y que representa el primer problema que impide la navegabilidad y conlleva a la sedimentación de estos pasos de agua. También son considerados como indicadores de la salud de los ecosistemas en donde habita.
A pesar de la importancia en los cuerpos de agua en donde habitan, los manatíes del Caribe se encuentran en la categoría En Peligro (EN), en la resolución 1912 de 2017 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) los incluye en la categoría de amenaza Vulnerable (VU), debido a que sus poblaciones actualmente están muy reducidas, principalmente porque ha sido una especie muy presionada por la cacería indiscriminada.
Actualmente, se encuentra protegida por el gobierno y las autoridades ambientales para evitar su extinción, es por ello que se considera importante realizar todos los esfuerzos necesarios para cuidar los pocos individuos de manatíes que aún existen. (Descargar el Plan de conservación y manejo de mamíferos acuáticos del departamento del Magdalena)
Esta rehabilitación es un trabajo articulado entre Parques Nacionales Naturales de Colombia, CORPAMAG, PNN Tayrona y Vía Parque Isla de Salamanca, y la asesoría técnica del Centro de Conservación de Manatíes del Caribe (CCM), la Fundación Omacha y el Acuario del Rodadero que opera el CAVR Marino.