El pasado mes de noviembre 36 familias de los municipios de Puerto Carreño y La Primavera (departamento del Vichada), junto con representantes de dos empresas forestales, participaron en la firma de los acuerdos voluntarios de conservación-producción “Conectando la Orinoquia”.

Esta iniciativa busca el establecimiento de actividades que promuevan la protección, restauración y la implementación de buenas prácticas productivas para favorecer la conectividad de los bosques y sabanas naturales de ecosistemas estratégicos presentes en la Orinoquia colombiana, y que propendan por la gobernanza de las comunidades locales y su calidad de vida.

Las familias y empresas forestales participantes del proceso fueron vinculadas al proyecto por su compromiso con la conservación de la biodiversidad de su territorio, y por ejercer la propiedad sobre predios productivos de carácter agrícola, ganadero, forestal, o reservas naturales de la sociedad civil, ubicadas en zonas estratégicas para la conectividad ecológica entre dos grandes áreas de conservación presentes en la región: la Reserva de Biósfera El Tuparro y el sitio Ramsar Complejo de humedales de la cuenca del río Bita.

En este sentido, los acuerdos voluntarios de conservación contemplan el desarrollo de acciones productivas sostenibles al interior de 56 predios que representan cerca de 35.000 hectáreas.

En cada predio, se realizó una caracterización y, con las familias, se formularon planes de manejo como herramientas de autogestión, monitoreo y evaluación de las actividades productivas sostenibles desarrolladas, y para el mantenimiento de coberturas vegetales clave para la dispersión de las especies entre estas áreas de conservación.

El evento de firma de los acuerdos voluntarios de conservación-producción “Conectando la Orinoquia” se llevó a cabo en Puerto Carreño y contó con la participación de la doctora Eliana Muñoz Paredes, directora general de la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquia (Corporinoquia), el doctor Carlos Sandoval, director territorial de esa misma entidad, así como representantes de la Gobernación del Vichada, la Alcaldía municipal de Puerto Carreño, Parques Nacionales Naturales de Colombia (PNNC), la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP), presidentes y representantes de juntas de acción comunal de las diferentes veredas, y el equipo técnico de WWF Colombia y Fundación Omacha. Este espacio permitió el intercambio de saberes entre comunidades locales e instituciones alrededor de la gobernanza del territorio, la conservación y el desarrollo sostenible.

La consolidación y firma de estos acuerdos surge del trabajo realizado desde abril de 2024, en el marco del proyecto GEF «Paisajes Integrados Sostenibles de la Orinoquia» (GEF Orinoquia) que es liderado por el Gobierno de Colombia, se financia con recursos del GEF (Fondo para el Medio Ambiente Mundial) y es implementado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, PNNC y Corporinoquia, con el apoyo del Banco Mundial, como agencia implementadora, de WWF como agencia ejecutora y de Fundación Omacha como aliado técnico, en este proceso.

Fotografía aérea El Bolsillo. Foto: Anzula Niño, Fundación Omacha.-

¿Cómo conectar paisajes productivos en la Orinoquia?

La Orinoquia representa el 35% del territorio nacional, siendo una región estratégica debido a su riqueza hídrica, su diversidad biológica y cultural. A pesar de ser una de las regiones menos densamente pobladas del país es al mismo tiempo una de las más transformadas en las últimas décadas, lo cual ha generado cambios significativos en el ordenamiento territorial y representa nuevos retos para la conservación de la diversidad biológica que allí confluye.

Bajo estas dinámicas territoriales se sitúa el mosaico comprendido entre el sitio Ramsar río Bita y la Reserva de Biósfera El Tuparro, ubicados en el departamento del Vichada, siendo dos áreas cobijadas bajo figuras de conservación y uso sostenible especial que representan una oportunidad única para el mantenimiento de la diversidad biológica, de los recursos naturales, así como de los bienes y servicios ecosistémicos.

La Reserva de Biósfera El Tuparro, situada entre los municipios de Cumaribo, La Primavera y Puerto Carreño, comprende el PNN El Tuparro (área núcleo), su zona de amortiguación y su área de influencia. Fue creada con el fin de armonizar el desarrollo económico de la región con la conservación de la diversidad biológica, por lo que se ha organizado alrededor de tres funciones: la conservación, el desarrollo sostenible y el apoyo a la investigación y educación.

Por su parte, el sitio Ramsar río Bita es el único sitio Ramsar en Colombia que abarca la totalidad de una cuenca hidrográfica, y el más grande del país. El río atraviesa los municipios de La Primavera y Puerto Carreño, y conserva el 95% de sus coberturas naturales lo que lo convierte en la cuenca mejor conservada de Colombia. Estas áreas clave albergan una gran diversidad biológica, representada en, al menos, 1.964 especies de plantas, 36 de anfibios, 707 de aves, 93 de mamíferos y 78 de reptiles que se han registrado en el Vichada.

Desde hace un par de décadas, estas áreas han despertado el interés de investigadores e instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales que han reconocido la importancia de estos espacios, lo que ha permitido la consolidación de otras áreas de protección cobijadas bajo la figura de reservas naturales de la sociedad civil; así como el fortalecimiento del conocimiento biológico, el establecimiento de proyectos y programas de conservación, y el mejoramiento de capacidades locales frente a la gestión de su territorio y el uso sostenible de sus recursos.

Fotografía aérea de La Pedregoza. Foto: Anzula Niño, Fundación Omacha.

Este importante escenario es crucial para la implementación de estrategias que permitan la gestión del paisaje de sabana de altillanura, promoviendo su conectividad y resiliencia, por lo que se realizó un análisis de conectividad ecológica funcional entre estas dos áreas, identificando corredores y predios estratégicos para dicho fin.

La conectividad ecológica funcional, entendida como el comportamiento de los individuos de una especie en respuesta a los elementos del paisaje que facilitan o limitan su movilidad entre parches de hábitat, fue analizada a partir del modelado espacial de corredores biológicos para dos especies focales: el jaguar (Panthera onca) y la danta de tierras bajas (Tapirus terrestris). Estas especies requieren grandes extensiones de tierra y, por lo tanto, su conservación implica indirectamente la conservación de otras especies asociadas a su hábitat.

En este sentido, los planes de manejo, construidos participativamente en los 40 predios vinculados mediante la firma de los acuerdos voluntarios de conservación-producción, tienen como objetivo organizar y planificar las áreas en función de la conservación de bosques, morichales y sabanas naturales para favorecer el mantenimiento del corredor biológico, facilitar el desplazamiento de las especies, garantizar la oferta de servicios ecosistémicos a las comunidades locales, promoviendo un desarrollo más sostenible y armónico entre las actividades humanas y la conservación de la biodiversidad.

Con el ánimo de garantizar el cumplimiento de los acuerdos y fomentar el desarrollo de actividades económicas acordes con la conectividad paisajística, desde el proyecto GEF Orinoquia se desarrollarán, acompañarán y se hará el seguimiento de diferentes acciones de implementación para la conservación y producción sostenible en cada uno de los predios vinculados, enfocados a la restauración ecológica, la agroecología, la ganadería sostenible, la seguridad alimentaria, el turismo de naturaleza, entre otras, conciliando el desarrollo económico y social de la región con la conservación de ecosistemas estratégicos.