Desde hace varios años, la Comisión Ballenera Internacional ha promovido iniciativas regionales de conservación de grandes mamíferos marinos, específicamente de ballenas.  En consecuencia, el gobierno de Australia, en conjunto con varios países del océano Atlántico Sur, desarrollaron un programa que se llama el Southern Ocean Research Partnership (SORP). Este programa identifica los diferentes esfuerzos que se pueden realizar a largo plazo para monitorear ballenas con métodos no invasivos.
 
Hace tres años, el gobierno de Argentina logró garantizar la presencia del barco guardacostas «Tango», durante 10 años, para dedicarlo exclusivamente a la investigación de mamíferos marinos en el verano Austral. Esta iniciativa ha sido liderada por la Fundación Cethus de Argentina, en cabeza del doctor Miguel Iñíguez y con la coordinación científica de Vanesa Reyes.
 
Es de esta forma que Colombia fue invitada hacer parte de esta prospección junto con Brasil. Por nuestro país participó el doctor Fernando Trujillo, Director Científico de la Fundación Omacha.
 

Ballena jorobada. Foto: Fernando Trujillo, Fundación Omacha

 
Esta evaluación fue realizada del 23 de enero al 7 de febrero de este año, a bordo del barco “Prefectura SB 15 – Tango”, el cual zarpó de la ciudad de Ushuaia, al sur de Argentina, y cruzó el Paso de Drake hacia la península Antártica.
 
El verano austral permitió muchas horas de trabajo diario
Se realizaron observaciones con más o menos 15 horas de esfuerzo al día, ya que en el verano Austral las horas de oscuridad son reducidas, por lo cual se realizó un gran esfuerzo de muestreo y, de esta forma, se obtuvieron más de 280 observaciones, en su mayoría de ballenas, logrando identificar ballenas azules, jorobadas y de aleta, ballenas Minke y Sei; además de delfines australes y cruzados. La mayor cantidad de ballenas fueron observadas en el estrecho de Gerlache, en la península Antártica, cerca de la base científica Brown. Allí se realizó una parada técnica con el fin de hablar con los investigadores argentinos que se encuentran en la estación.
 

Barco “Prefectura SB 15 – Tango”. Foto: Fernando Trujillo, Fundación Omacha

Adicionalmente, se observó una gran cantidad de aves marinas entre petreles, cormoranes, pingüinos; además de pinípedos, como focas cangrejeras, lobos de dos pelos y leopardos marinos.
 
Por otro lado, el equipo de científicos sumergió, en varias oportunidades, un hidrófono a una profundidad de 250 metros y así realizar prospecciones acústicas. También se ejecutaron arrastres durante varios kilómetros, donde se detectaron ballenas picudas y azules e incluso orcas. Finalmente, se rescató un dispositivo acústico denominado “HARP”, el cuál llevaba instalado un año a 800 metros de profundidad. El dispositivo grabó 8.760 horas de sonidos, los cuales serán analizados a lo largo de los próximos meses. Una vez decodificadas estas grabaciones, se volverá a sumergir el dispositivo a 1.200 metros, y será nuevamente rescatado en un año para seguir analizando los sonidos de las ballenas.
 
Resultados positivos
Para Fernando Trujillo, los resultados son positivos: “Colombia entra a hacer parte de este programa con dedicación exclusiva a mamíferos marinos”. Además, “Es una oportunidad para que el país fortalezca su programa de investigación con estos animales en la Antártida, la cual inició con la iniciativa de la Comisión Colombiana del Océano el año pasado, con la presencia del barco “20 de Julio” en aguas antárticas e investigadores colombianos. En consecuencia, se podrá fortalecer en gran medida todo este programa, y se debe tratar de buscar la permanencia a largo plazo de investigadores colombianos todos los años en el programa”.
 

Foca cangrejera. Foto: Fernando Trujillo, Fundación Omacha