Equipo de científicos estudia los desplazamientos de tres cachicamos, en los llanos de Colombia

El Programa de Conservación y Manejo de los Armadillos de los Llanos Orientales de Colombia trabaja, desde el año 2012, por la conservación de estos emblemáticos mamíferos.
El cachicamo o armadillo sabanero (Dasypus sabanicola) es endémico de las sabanas de Colombia y Venezuela, y se encuentra en la categoría Casi Amenazado (NT), a nivel internacional.
Este estudio, sobre ecología del cachicamo sabanero, es pionero en Colombia.

Un armadillo pequeño, de rostro corto y color oscuro permanece oculto entre los pajonales y madrigueras de las sabanas naturales de los Llanos Orientales de Colombia. Conocido localmente como el cachicamo sabanero, su nombre científico Dasypus sabanicola hace alusión al hábitat al que se encuentra asociado. A pesar de que es un mamífero propio de esta región, el escaso conocimiento científico disponible sobre esta especie proviene de estudios realizados en la década de los 70 en Venezuela. A nivel internacional, en el año 2014, los cachicamos o armadillos sabaneros fueron categorizados como una especie en condición de amenaza, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés).

El Programa de Conservación y Manejo de los Armadillos de los Llanos Orientales (PCAL), liderado por la Fundación Omacha, es una estrategia que, desde el 2012, reúne esfuerzos del sector público, privado y diferentes ONG para la investigación y creación de conciencia ambiental en torno a las cinco especies de armadillos de la región de los Llanos Orientales de Colombia y, desde el año 2020, cuenta con el apoyo económico de Fondation Segré. Durante los últimos cuatro años, este programa trabaja junto con el sector palmero bajo la premisa de que de sus buenas prácticas dependerá el futuro de los armadillos y de muchas otras especies de la región.

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El cachicamo sabanero también es conocido como: tatú de sabana, armadillo sabanero, sabanerito, mulita. En lenguas indígenas: Arídari en lengua Curripaco, Igurú en lengua Pumé y Akua: en lengua Piaroa. Foto: Carlos Aya, Fundación Omacha.

Recientemente, un equipo de biólogos y veterinarios de este programa trabajaron en conjunto con el para aprender más sobre la ecología y movimientos del cachicamo sabanero. Este equipo, con el apoyo técnico del médico veterinario Vinicius Gasparotto, del Instituto de Pesquisa e Conservação de Tamanduás, equipó a tres cachicamos (dos hembras y un macho) con radiotransmisores VHF, lo cual permitirá monitorear sus movimientos en el área de influencia de las plantaciones de palma africana de la compañía Poligrow Colombia S.A.S., en Mapiripán departamento del Meta.

Poligrow ha sido motor del desarrollo económico en esta área del sur del departamento, destacándose por su compromiso ambiental y las buenas prácticas que, entre otras cosas, le han permitido acceder a la certificación RSPO, una importante calificación internacional para las empresas dedicadas a la producción de aceite de palma africana.

Adicionalmente, su proyecto de banco de hábitat ha declarado más de 1.400 hectáreas para la conservación, con objetivos puntuales como la ganancia en biodiversidad y la protección de las especies raras, amenazadas y en peligro (RAP), como lo es el cachicamo sabanero especie que se encuentra en la categoría Casi Amenazada (NT) en la lista roja de la IUCN.

William Pérez es un trabajador de Poligrow oriundo de la región. Él hace parte del equipo ambiental de la compañía y fue elegido para realizar esta importante tarea de monitoreo. A lo largo de seis meses, William seguirá a estos tres cachicamos, tres días por semana, para recabar información sobre las distancias que recorren y las áreas que utilizan en las sabanas y las plantaciones de palma de aceite. Esta información se utilizará en la creación de estrategias de manejo y en el establecimiento de lineamientos de buenas prácticas de producción que favorezcan la presencia de los armadillos. Además, el estudio y posicionamiento de los cachicamos sabaneros, como especie emblemática de los llanos, permitirá proteger la fauna propia de la sabana.

El Instituto de Pesquisa e Conservação de Tamanduás trabaja hace 17 años en la conservación de tamanduás, armadillos y perezosos desarrollando investigaciones relacionadas con la medicina de la conservación, ecología, taxonomía e historia natural. Sus investigadores trabajan en diversos biomas brasileros, y colaboran con proyectos de investigación desarrollados en otros países articulados con diversas instituciones.