Hace unos pocos días, nuestro amigo e investigador asociado Germán Garrote anunció que una hembra de lince ibérico, nacida en el 2017, ha sido bautizada con le nombre de Omacha, como homenaje a nuestra fundación. El nacimiento de esta cría de lince se dio en una zona de olivares, en la población de Andújar (Jaen, Andalucía, España).

Hasta el año 2015, el lince ibérico se encontraba en estado de amenaza En Peligro Crítico, y ha sido reclasificada a En Peligro. Gracias a los programas de conservación desarrollados durante la última década, se ha logrado revertir esta situación, logrando quintuplicar tanto el número de linces presentes como su área de distribución. Esta recuperación ha favorecido la presencia de la especie en nuevos y sorprendentes hábitats, como el olivar.

Actualmente, quedan alrededor de 550 linces. Omacha es una hembra que habita en Andújar junto a otros 200 linces aproximadamente. Esta cría de lince es la hija de Novata, quien ha sido la primera lincesa que ha criado con un año de edad, cuando lo habitual es empezar a criar con dos o tres años. Omacha y su madre tienen su territorio en una zona de cultivos de olivar.

Sin embargo, Novata y Omacha se encuentran en un zona complicada, debido a que está altamente intervenida y se encuentra expuesta a las acciones humanas. A pesar de lo anterior y de ser una zona eminentemente agrícola, la subsistencia de esta especie en el territorio se hace posible gracias a la existencia de abundantes poblaciones de conejo (la presa principal del lince ibérico). Además, tras años de vigilancia en la zona, se han podido reducir, notablemente las causas de mortalidad relacionadas con la presencia del ser humano, como lazos, cepos o venenos.

Solo nos queda desearles lo mejor a Novata y a su pequeña cría, que lleva el nombre de la Fundación Omacha.