El día de ayer 3 de agosto, se encontró el cuerpo sin vida de una ballena minke (Balaenoptera acutorostrata), cerca a la desembocadura del río Turbo, en el Distrito Portuario del mismo nombre, en el Golfo de Urabá.
El individuo, un macho de 6,7 metros de largo, se encontró en avanzado estado de descomposición. Gracias al aviso y colaboración de los pescadores del Distrito de Turbo, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Urabá – Corpourabá, con el apoyo de DIMAR y su Capitanía de Puerto, la Armada Nacional, la Alcaldía Distrital, la Universidad de Antioquia y la Fundación Omacha se desplazaron al lugar. Allí, bajo la dirección del médico veterinario Walter Cataño se realizó la caracterización del evento y se tomaron muestras para análisis genéticos y metales pesados. Además, se extrajeron elementos morfológicos con fines académicos. Por el estado del animal, no fue posible determinar la causa de la muerte. Este evento es poco común en la región.
Las poblaciones de ballenas a nivel global están amenazadas por pesca dirigida o por pesca incidental, la colisión con embarcaciones y la degradación de su hábitat. En Colombia, existen vacíos en la información sobre estos cetáceos, por lo que atender estos eventos es importante para conocer la dinámica de las poblaciones. De igual forma, esta información indica el estado de los ecosistemas, ya que sirven como indicadores.
Los cetáceos son considerados centinelas, porque al realizar estudios de metales pesados en sus tejidos se puede analizar el nivel de contaminación en los cuerpos de agua. Igualmente, al desplazarse en los océanos, al alimentarse y al excretar nutrientes, ayudan a mantener la salud de las poblaciones de fitoplancton y otros organismos marinos, y también contribuyen a la captación de carbono y su regulación, por tal razón son considerados como «ingenieros del ambiente marino». En el Caribe colombiano, se han registrado más de 24 especies de cetáceos marinos.
La articulación de las instituciones es fundamental para generar información de los mares e implementar medidas efectivas de conservación que garanticen la sostenibilidad de los mismos. Como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores, la participación y compromiso de los pescadores del Distrito de Turbo fue fundamental para responder al evento.

Toma de muestras de tejido para análisis genéticos y metales pesados. Foto: Walter Cataño, médico veterinario.
