La captura incidental en artes de pesca, la caza comercial y el calentamiento global, entre otros, amenazan la supervivencia de esta especie que tiene 100 millones de años.

Bogotá, diciembre de 2009.- Difundir el conocimiento acerca del estado de conservación de las tortugas marinas es el propósito de la campaña “Devuélvelas a las Vida”, liderada por las organizaciones que conforman la Iniciativa de Especies Amenazadas: Conservación Internacional Colombia, Fundación Omacha y Fondo para la Acción Ambiental y la Niñez, con el apoyo del Ministerio de Ambiente, Parques Nacionales, Cimad, Colombia en Hechos, entre otras organizaciones.

Estos quelonios son uno de los grupos de reptiles más amenazados del planeta y han sido catalogados a nivel mundial como especies en vía de extinción, según las listas rojas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Igualmente están ubicadas dentro del Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y Flora Silvestre – CITES.

Por su carácter migratorio las cinco especies registradas para el Pacífico: Negra (Chelonia agassizii), Caguama (Lepidochelys olivacea), Baula (Dermochelys coriacea), Carey (Eretmochelys imbricata) y Caguama (Caretta caretta), atraviesan los mares donde se han alimentado y apareado para volver a las playas en donde nacieron y depositar allí sus huevos.

En este proceso atraviesan múltiples amenazas, como: la captura incidental en artes de pesca, la degradación del hábitat, la recolección de huevos, la caza comercial y de subsistencia, la destrucción de áreas de anidamiento, entre otras, lo que las tiene peligrosamente cercanas a la extinción. Igualmente el aumento de la temperatura del agua del mar, como consecuencia del calentamiento global, amenaza la supervivencia de estos reptiles al provocar que la mayoría de crías que nacen sean hembras.

El impacto negativo que tendría la vida marina si estos reptiles ancestrales desaparecieran, sería enorme teniendo en cuenta el papel que ellas juegan en el océano, ya que ocupan un lugar muy importante en la cadena alimenticia. Cada organismo está conectado con otro y si desaparece uno igualmente desaparecerán otros.

Para Fabio Arjona, Director Ejecutivo de CI-Colombia: “Proteger las tortugas marinas y otras especies amenazadas en nuestro país, es responsabilidad de todos. Tradicionalmente muchas culturas han consumido tortugas marinas y sus productos, sin embargo el aumento desmedido de la población, sus consecuentes amenazas para la vida natural y los ecosistemas, aumentan las presiones y están ocasionando que las poblaciones naturales de tortugas disminuyan radicalmente. Es por esto que debemos hacer un esfuerzo en todos los niveles, local, regional y nacional, para garantizar que las poblacienes puedan tener la posibilidad de continuar sus procesos naturales”.

Algunas de las acciones que podemos adelantar para contribuir a la protección y conservación de estos reptiles son: No comprar productos o subproductos derivados de las tortugas marinas: carne, huevos y artículos de carey; denunciar a las autoridades competentes el comercio ilegal de estas especies o productos derivados de las mismas y evitar las iluminaciones y fogatas en las playas de desove. Igualmente reducir la contaminación en el mar y practicar artes de pesca que disminuyan la captura incidental de tortugas.