El pasado miércoles 20 de agosto de 2014, un equipo de investigadores conformado por profesionales de la Fundación Omacha, Corpamag y el Acuario y Museo del Mar El Rodadero se embarcaron en busca de Luna y Karolina. Dos delfines hembras de la especie Sotalia guianensis que fueron rescatadas por pescadores de Santa Marta y después llevadas al acuario donde, con ayuda de profesionales, se rehabilitaron para volver al mar.
En un trabajo conjunto entre estás tres organizaciones, se logró que los dos delfines volvieran a su hábitat natural el 8 de junio de 2014. Se les instalaron transmisores satelitales (Splash, a los que les quedan 20 días de uso antes de que se desprendan naturalmente) en sus aletas dorsales, los cuales permiten obtener información importante de ubicación, profundidad de buceo y temperatura del agua.
Después de dos meses y con el ánimo de saber con exactitud en qué condiciones se encuentran actualmente los dos animales, el equipo liderado por Corpamag salió en su búsqueda.
Los puntos satélites, que se han registrado gracias a los transmisores, indican que Luna y Karolina se han movido consistentemente a lo largo de dos meses en la misma zona, entre Ciénaga, Pueblo Viejo y Bocas de Ceniza, “lo que evidencia que están en una población de delfines que pertenece a esa zona”, explicó Fernando Trujillo, Director Científico de la Fundación Omacha. Y añadió, “el 20 de agosto nos desplazamos a Barranquilla muy temprano en la mañana y allí nos embarcamos para empezar a buscar los últimos puntos enviados por el satélite, ese día a las 4 am; después de varias horas de recorrido y de haber visto solo dos delfines, volvimos nuevamente a Bocas de Ceniza y finalmente encontramos un grupo de más o menos 70 animales muy cerca de las zonas donde se rompen las olas en los malecones del río Magdalena (Atlántico), un sitio bastante complicado y con olas de cinco metros. La navegación fue difícil, pero las condiciones de visibilidad eran buenas. (…) Creemos haber visto unos animales con transmisor, pero no pudimos hacer registro fotográfico de los mismos, sin embargo por las coordenadas estamos seguros que Luna y Karolina hacen parte de ese grupo, que además se ve en muy buenas condiciones”.
El lugar monitoreado por los investigadores, corresponde a la confluencia del río Magdalena, con alta productividad y concentración de peces, lo que representa un lugar muy adecuado para la alimentación de los delfines. “Lo que observamos es que son delfines que tienen la habilidad de surfear fácilmente olas de cinco metros (…) pudimos ver subgrupos de 11 a 15 animales remontar las olas”, señaló Trujillo.
Después de esta búsqueda, los profesionales de las tres organizaciones quedaron complacidos por el resultado de la liberación, que hasta el momento se cataloga como un éxito total. “Nos alegra ver que estos animales se encuentran en libertad, juntos y hacen parte de un grupo tan grande y dinámico como este”, finalizó el Director Científico de la Fundación Omacha.