«Los delfines de río son una de las especies más carismáticas e interesantes que habitan las cuencas del Amazonas y el Orinoco. Son testigos de los procesos de evolución y transformación de estas regiones a lo largo de varios millones de años, y se han convertido en los predadores tope de los ecosistemas acuáticos. Se han adaptado de manera excepcional a los cambios extremos que los ecosistemas experimentan entre la estación seca y la lluviosa; y han conquistado la mayor diversidad de hábitats que incluyen no sólo los canales principales de los ríos y tributarios, sino también lagunas y bosques inundados.»
Así comienza la introducción del libro «Delfines de río. Embajadores de la conservación en la Amazonía y la Orinoquia», el cual narra experiencias y conocimientos que la Fundación Omacha ha recogido en más de 20 años de investigación sobre estos mamíferos, junto a otras organizaciones nacionales e internacionales.
El prólogo está escrito por la Dra. Sandra Bessudo Lion, directora general de la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia, y el libro trata temas como la biodiversidad en la Amazonía y la Orinoquia, la historia evolutiva de los delfines de río en Suramérica, su historia natural, su abundancia, sus amenazas, las especies que comparten el hábitat con los delfines y las iniciativas emprendidas para su conservación. Este trabajo investigativo se complementa con un maravilloso trabajo fotográfico de los mismos investigadores de la fundación y otros colaboradores, que con sus cámaras logran capturar escenas indescriptibles. El libro también cuenta con láminas informativas a todo color.
Finalmente, sus autores Fernando Trujillo González, director científico de Omacha, y María Claudia Diazgranados, Gerente del Programa Marino Sur ETPS de Conservación Internacional, hacen una invitación para crear mecanismos eficientes para garantizar la integridad ecológica de los ecosistemas acuáticos y, de esta forma, evitar lo que está pasando con las especies asiáticas: su proceso de extinción.
Este libro está enmarcado dentro del programa de conservación del río Meta, gracias al apoyo de CEPCOLSA y ECOFOREST.