Durante los meses de enero y febrero de 2013 el proyecto ATSAPANI, después de su experiencia con la caracterización de playas de importancia para desove de las tortugas de río más grande de Suramérica, realizó una segunda expedición sobre el río Meta. Durante este recorrido se rescataron y monitorearon más de 50 nidadas, de las cuales nacieron más de 5.000 tortuguillas, a finales de marzo.

Actualmente las tortuguillas se encuentran en 3 piscinas: 2 piscinas construidas por la Corporación Ambiental La Pedregoza, en el Vichada, y una piscina en el Parque Ecotemático Wisirare, de la Fundación Palmarito, en Casanare. Las tortuguillas serán cuidadas durante un  año.

El ideal de tener las tortugas por un año es fortalecerlas, porque cuando salen de los nidos las esperan muchos depredadores como pirañas, grandes bagres, gaviotas, entre otros. Con este fortalecimiento se busca que alcancen los 25 años de edad, etapa en la que comienza a reproducirse. Se espera liberarlas en la entrada del invierno, en caños y lagunas, ya que en esta época hay mayor oferta de alimento.

Se liberarán con apoyo de Corporinoquia, las comunidades, de los padres adoptivos quienes actualmente las alimentan y cuidan; de organizaciones, del Ejército, la Policía y la Armada Nacional y  de la Capitanía de Puerto.

Las Fundaciones Omacha y Palmarito buscan que este proyecto se convierta en un programa en el cual la comunidad sea la que lo dirija directamente, fomentando el sentido de pertenencia hacia estos animales.

Proyecto ATSAPANI

El proyecto “ATSAPANI” está  liderado por las fundaciones Omacha y Palmarito, y financiado por Ecopetrol. Este  busca contribuir al cuidado y la conservación de la tortuga (Podocnemis expansa) y la terecay (Podocnemis unifilis), dos especies que se encuentran en estado crítico de amenaza en la Orinoquia colombiana debido a la caza indiscriminada, el comercio ilegal y al consumo no sostenido de huevos y carne.

El proyecto contribuye a la conservación de las poblaciones de estas dos especies, a través del cuidado y el manejo de nidadas y tortuguillos que luego de un tiempo determinado son liberados, favoreciendo el aumento la población de tortugas cada año. De esta forma se beneficiará, a mediano plazo, tanto a las poblaciones de tortugas como a las comunidades locales, ya que estos tortuguillos son rescatados de depredadores naturales, inundaciones y del consumo local en sus primeros meses de vida, reduciendo así la tasa de mortalidad.

Por Juanita Barrera Montoya y Sindy Martínez