Yáhui es el nombre que los pueblos Yucuna del Amazonas le han dado al Gran Jaguar. Su nacimiento se situa en el punto de contacto entre el mundo físico y espiritual, convirtiéndose en un conector entre los dioses y el hombre. Representa la Tierra y el Fuego, tiene el poder de la curación que le fue otorgado con gran responsabilidad por los cuatro (4) mayores pensadores del mundo.

Todos aquellos que invocan y respetan al Gran Jaguar reciben su ayuda. Pero aquellos que por el contrario no siguen las reglas de la vida son castigados con la enfermedad y la muerte, para así mantener el equilibrio y la justicia en el mundo.

Yáhui es el responsable de criar y guiar a todos los animales y de mantener la armonía del planeta. Sin embargo, con la transformación del hombre y sus costumbres que crean caos, desequilibrio en la naturaleza, la extinción de la fauna silvestre y la destrucción no solo de la selva, sino de la naturaleza; el Gran Jaguar los castiga comiéndose sus animales domésticos.

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"Yáhui travesía a la libertad" es una iniciativa de las Fundaciones Omacha y Palmarito, con el apoyo de otras organizaciones y entidades gubernamentales del sector ambiental de Colombia, que reconocen el tráfico y la tenencia ilegal de fauna silvestre como uno de los principales flagelos de nuestro patrimonio natural.

Ante esta problemática consideramos que es urgente implementar una estrategia financiera que permita detener y/o mitigar este flagelo, orientando recursos económicos y humanos a campañas de concientización y prevención en todos los escenarios en donde se requiera:

• Comunidades escolares
• Comunidades indígenas, afroamericanas, campesinas y de colonos
• Sectores productivos
• Colombianos en general

El caso de Sara el jaguar es solo uno de los miles de ejemplos que cada día sacude a la riqueza de biodiversidad del país.

La interacción entre el ser humano y los animales es tan grande que actuamos de manera egoísta, y así fomentamos el tráfico y la tenencia de fauna silvestre, delito que es considerado como el tercer cartel de tráfico ilegal a nivel global. Millones de dólares se invierten anualmente para atender los decomisos de fauna para garantizar las condiciones adecuadas para estos animales, de los cuales muy pocos tiene la oportunidad de volver a ser libres. Una gran cantidad mueren en cautiverio y otros permanecen el resto de su vida en zoológicos y parques temáticos.

En Colombia las Corporaciones Autónomas Regionales hacen sus mejores esfuerzos en los centros de rehabilitación de fauna, pero generalmente no cuentan con el presupuesto adecuado y las rehabilitaciones de animales terminan siendo una carga de grandes dimensiones. Adicionalmente, grupos de colombianos trabajan de manera comprometida y sin ningún tipo de apoyo en la rehabilitación de especies como monos, aves, felinos y mamíferos entre otros; para generar un oportunidad a estos individuos condenados por el tráfico ilegal e indiscriminado.

Yáhui quiere convertirse en la voz de todos estos esfuerzos y en la iniciativa que convoque a todos los interesados en dejar una huella, y lograr que el tráfico y la tenencia ilegal no tengan espacio en la sociedad.