Fundación Omacha: Tenemos entendido que desde pequeña Virginia se sintió atraída hacía el mundo musical: cantaba, aprendió a tocar la guitarra de forma autodidacta y escribía ¿cierto?
Virginia Maestro: Sí, veo que has hecho los deberes… (risas)
F.O: Hablando sobre la escritura ¿qué es Diario de sensaciones?
V.M: Vaya jolin, si te has informado. Diario de sensaciones es una agenda que llevo a cuestas desde los doce años me parece y es donde voy anotando, porque siempre coges el primer papel que pillas cuando estás componiendo, luego esa agenda es donde voy apuntando todas mis composiciones y la cual tiene un valor sentimental y personal bastante fuerte. No sé en qué momento hablé de eso en alguna página y veo que te has informado muy bien… (risas)
F.O: En el 2008 Virginia se presenta y gana el concurso español Operación Triunfo ¿Cómo fue su experiencia en este concurso?
V.M: Imagínate, yo me presenté al casting casi sin esperanzas de pasar el primer casting. Para mi sorpresa los paso todos. Yo hice la maleta pensando “aquí duro tres semanas porque seguro que me echan” y para mi sorpresa me quedo allí casi cuatro meses, y para mi sorpresa ¡gano! Fue súper inesperado y fue el gran punto de inflexión en mi vida que de repente me dio la oportunidad de comenzar una carrera discográfica que era el comienzo de un sueño por mucho que suene a utópico pero es así. Desde pequeña y cada vez lo reafirmaba más dentro de mí, cada noche me acostaba pensando “yo quiero estar encima de un escenario”. Yo pienso que quizás no tengas una voz extremadamente buena, o quizás mi técnica vocal no es de lo más perfecta porque no lo es, o quizás no tengo el vibrato más potente porque no es así y claro que no lo tengo.
Pero sí quizás mi forma de sentir la música y lo que me llena cuando lo hago, creo que merece la pena. Creo que tengo algo que contarle al público, que quizás al público le interesa.
F.O: Sabemos que la final estuvo bastante apretada ¿cómo fueron esos momentos?
V.M: Lo fue. Fueron muy duros porque allí me sentía un poco… estaba un poco en ambiente hostil y mi moral se había quedado un poco por los suelos, y necesitaba pronto, porque ya era mucho tiempo aguantando mucha caña, ya necesitaba un respiro, un aliento, un break, un “jolin, créetelo de nuevo, vales para esto”.
Y la final estuvo muy reñida, la verdad es que estaba compitiendo con dos compañeros que eran muy potentes. Estaba Pablo, él es compositor, pianista, guitarrista. Y Chipper también fue muy grande, es un gran intérprete y tiene una voz prodigiosa. Pero para mi fortuna la gente le conquistó que era diferente, que yo pensaba que iba a ser mi mayor hándicap, pero al final fue mi mayor ventaja y lo que creo que me llevó a ganar. Luego se comentaba que a la gente le gustaba mi manera de ser, mi forma de afrontar las situaciones dentro de la academia. No entraba en el juego absurdo de hacer el ridículo, me mantenía un poco al margen de aquello porque me daba como dicen aquí: pena; como digo allí: vergüenza.
F.O: Después de Operación Triunfo el primer trabajo discográfico de Virginia es “Labuat” ¿Cómo define Virginia ese trabajo?
V.M: Como te digo, es el comienzo de otra etapa puesto que viene después de la de Operación Triunfo pues la de “Labuat” es otra etapa que se abre en mi vida. Justo después del programa Risto Mejide, el jurado más polémico de la Operación y el que más me apoyó, me propone un proyecto. Una maqueta que tiene grabada desde hace años y me cuenta que cuando me descubrió en el primer casting, él se dijo a sí mismo que había encontrado la voz que había estado buscado durante tanto tiempo. A su vez me presentó a The Pinker Tones que son los productores artísticos del disco, entonces nos pusimos en contacto, yo les mandé mis referentes musicales desde la niñez para que ellos tuvieran una ligera idea por dónde encausar la producción de esas canciones. Las canciones con respecto a la maqueta, hay un cambio abismal o sea no se parecen en nada. The Pinker Tones cogieron las melodías y las letras, y entorno a ellas construyeron un cuerpo totalmente nuevo basado en mis referencias musicales de la niñez. Lo que puedes encontrar allí de bossa nova, de funky, de jazz, de blues. Nada purista pero si está muy empapado de esas influencias mías.
F.O: Cambiando el tema hacia el de la campaña, ¿cómo se enteró Virginia de la historia del jaguar Sara?
V.M: Me enteré gracias a Julio García Robles, que acudió a mí en septiembre del año pasado. Se presentó, me habló del proyecto, me habló de la Fundación Omacha, de EDC Natura y básicamente me propuso apadrinar a Sara y me habló de un posible viaje. Yo al principio pensé “¿qué hago? ¿Me fio de este hombre o no?”, yo no lo conocía y de repente me estaba pidiendo que fuera al Orinoco. Seguimos en contacto por e-mail, se contactaron también con mi discográfica, mi manager, se informaron bien y me informé bien.
A mí desde el principio me apetecía hacerlo, porque siempre he querido formar parte de alguna causa que favorezca a individuos que no pueden defenderse por sí mismos. Me pareció muy bonito y vi la gran oportunidad de involucrarme en un proyecto así. Creo que es bueno dar si tienes mucho dar, y si tienes poco dar, pero dar siempre. He logrado sensibilizarme mucho con esta causa de la “Travesía a la libertad” de Yáhui, de estar en contra del tráfico ilegal de la fauna silvestre. Me parece muy triste que haya gente que de verdad no le importe nada, y que puedan dormir tranquilos en sus casas sabiendo que tienen un animal que lo están privado de su hábitat natural y que lo tienen ahí cautivo. Me gustaría decirles a esas personas “imagínate si de repente te raptan y te dejan en medio de la selva desde que eres pequeño haber cómo te las habéis para sobrevivir”.
Siempre hay que ponerse en la piel de los demás ya sean seres humanos, ya sean animales, sean plantas o sea lo que sea. Hay que ser justos, hay que ser honestos. La verdad es que me llevo no solo una bonita experiencia, sino muchas lecciones aprendidas de este viaje a nivel humano y ha sido todo muy emocionante. Fue muy emotivo el momento en que me acerqué a Sara y escuché el latido de su corazón, fui una privilegiada; cuando ese momento llegó no sentí miedo, estaba súper tranquila y muy ansiosa de acercarme a ella. Y cuando escuché sus latidos de repente el mundo se paró.
Fue muy emocionante ver cómo un grupo de personas se reunieron de corazón para hacer algo tan bonito como esto.
F.O: Si estuviera en las manos de Virginia dictar una ley o tomar una medida para proteger el medio ambiente ¿cuál sería?
V.M: Se me ocurre una así muy radical, pero no la haría porque es demasiado radical. Pero las personas que hace esto a los animales, a los traficantes no estaría de mal dejarlos un par de días o incluso una semana en medio de la selva amazónica, por ejemplo, a ver qué opinan.
F.O: Para finalizar, un mensaje a todos los visitantes que conocerán un poco más de Virginia Maestro por medio de la página web de la Fundación Omacha.
V.M: Ese mensaje es: cuida tu entorno, cuida a todo lo que te rodea como si se tratara de tu cuerpo que tiene que durar toda la vida.
A la Fundación Omacha muchas gracias a vosotros, gracias por involucrarme en esta experiencia que ha sido única y que estoy deseando que se repita. El hecho de poder ayudar de alguna manera, ¡de verdad que soy yo la que se va con las gracias! Por: Iván BernalNeira
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